Mes de cambios para beneficiarios de asignaciones sociales y jubilaciones: ANSES, el organismo estatal que administra la seguridad social de Argentina, anunció los aumentos correspondientes a julio 2025, una constante que tiene que ver con la inflación registrada según el INDEC. Sin embargo, las becas educativas Progresar no lo recibirán, y continuarán congeladas y sin novedades al respecto.
De acuerdo al índice del INDEC, la inflación de mayo fue de 1,5% (recordemos que se toma la cifra de dos meses atrás, por lo que nunca se llega realmente a compensar). Verán reflejados en sus cobros los beneficiarios de asignaciones, pensionados y jubilados, aunque un grupo de estos últimos dejarán de recibir el bono de refuerzo adicional de 70.000 pesos. Por otra parte, el Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina (Progresar) no se incrementará, lo que deja al beneficio en una situación precaria.
Por el momento, el último aumento que tuvo la beca ocurrió 9 meses atrás, en septiembre del 2024, cuando se pasó de $20.000 a $35.000, lo que representa un incremento del 75%. Pero... los estudiantes solo perciben $28.000 de bolsillo (el 80% de la beca mensual), y el resto lo reciben a fin de año, solo si cumplieron con todos los requisitos durante el ciclo lectivo y se emite el certificado de alumno regular por parte de la institución. No obstante, el problema es más profundo: mientras, la inflación acumulada en el periodo desde la última actualización (agosto 2023) fue de 236%.
La licuación del Progresar: datos que están ahí, pero no se nombran
Esta beca tiene tres líneas que buscan acompañar a los estudiantes en la última instancia del nivel obligatorio (secundaria), durante su paso por el nivel superior (universidad, terciario o Enfermería) y Progresar Trabajo. Sin embargo, con la gestión actual no solo hay incertidumbres acerca del número de nuevos beneficiarios, sino que se dieron de baja unas 500.000 becas en un año, en el plazo 2023-2024.
Según el informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), si bien la meta del presupuesto 2025 prevé alcanzar 1,5 millones de jóvenes, en 2024 el programa solo llegó a un millón, pese a contar con un monto asignado mayor en términos reales. Esto tiene que ver con que el gobierno actualizó la normativa y excluyó a una gran cantidad de inscriptos del programa por el incumplimiento de requisitos, e implementó trabas administrativas para nuevos ingresos. Todo esto provocó una significativa disminución en la cantidad de beneficiarios.
Además, a la fuerte disminución de beneficiarios se le sumó una profunda pérdida del poder adquisitivo de las becas.
Una marcada pérdida del poder adquisitivo
La inflación erosionó significativamente el valor de la beca, de la mano del presupuesto asignado año tras año. Así, en 2020, el poder adquisitivo era apenas el 43% del que tenía en 2015.
En 2022 se recuperó, alcanzando el 64% del poder adquisitivo de 2015. En 2023 volvió a caer un 8%, situándose en el 59% respecto del mismo año. En 2024, se desplomó a la mitad del valor registrado en 2023 debido al congelamiento del monto nominal durante todo el año y a la alta inflación del período. Recién en agosto de 2024 el gobierno anunció un aumento de solo el 75%, cuando la inflación interanual había alcanzado el 236%, lo que dejó el valor de la beca muy por debajo del aumento general de precios.
Si contempláramos los valores de abril de 2022, el monto de la beca debería ubicarse en $76.713. Para alcanzar los de 2023, debería ser de $73.359. Pero, si se buscara equiparar el valor real de 2015, los estudiantes deberían recibir $127.186 mensuales. Al contrario de la estimación, la realidad es más cruda: el valor percibido en abril de 2025 es de apenas $35.
Además, en 15 meses (desde abril 2024) el presupuesto bajó un 90% en términos reales, se eliminaron 500 mil becarios, les redujo 44% el poder adquisitivo y, aun así, se recortará 18% más en 2025.
Esto es, en pesos de 2025, el presupuesto de 2021 alcanzó los $802.000 millones, en 2022 aumentó a $1.072.233 millones y en 2023 llegó a $1.370.088 millones. En 2024, el ajuste implicó una caída del presupuesto en términos reales de 65% respecto a 2023. Para 2025, lo presupuestado proyecta una reducción adicional de 18% en comparación con 2024. Esto significa que, a menos que se anuncien nuevos aumentos, el monto no logrará recuperar poder adquisitivo y que podría haber nuevos recortes en la cantidad de beneficiarios.
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