Women In Games: cómo funcionan las comunidades inclusivas dentro de la industria de videojuegos de Argentina

Women In Games
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Women In Games Argentina tiene una doble misión: trabaja por el reconocimiento de la industria local de los videojuegos, pero a la vez abre un espacio para que mujeres y personas LGBTIQ+ quieran acercarse en búsqueda de oportunidades de formación y empleo sin sentirse juzgadas. Y es que el mundo del gaming sigue siendo hostil y eso tiene un impacto directo en, por ejemplo, las carreras de las mujeres como profesionales en los eSports, o en el amplio proceso que involucra el desarrollo y la producción de juegos.

Eso demostró Women In Games Argentina (WIGAr, de ahora en más) con Switch Voices, un experimento donde gamers masculinos jugaron online con un modulador de voz femenino:

La presidenta y cofundadora de WIGAr, María Clara Cattaneo Esnaola (aunque le dicen Kurara), es diseñadora UI en videojuegos hace más de 10 años, y habló con Xataka Argentina para contar qué acciones encara la organización y cuáles son las problemáticas que identificaron en el sector.

"Somos una comunidad de mujeres cis, personas trans y no binarias del rubro videojuegos en Argentina. Nucleamos tanto profesionales que ya están trabajando en la industria, como personas que no se dedican, pero que buscan conectar con otros para jugar, aprender o hacer networking", aclara.

Desde este espacio que incluye a todos se organizan Game Jams, se arman proyectos con distintas entidades, se realiza la Encuesta a trabajadores de videojuegos en Argentina para recoger datos de valor para la industria y también difunden trabajos colgados en itch.io.

El Equipo De Women In Games El equipo de Women In Games

WIGAr surge por 2019, en un momento donde "había muchos eventos presenciales de desarrolladores independientes, sobre todo en Buenos Aires, donde se suele nuclear todo. Son espacios donde te juntás, conocés a otros profesionales, ves qué juegos están desarrollando y tal. Y con el surgimiento de un montón de movimientos de mujeres en tecnología, nos dimos cuenta de que los videojuegos también son un espacio más, en una industria socialmente considerada de varones. Pero eso no era una realidad, porque nosotras estábamos laburando en eso y conocíamos a más mujeres, así que dijimos, bueno, seamos parte de esa representación", relata Kurara.

Game Jams

Los últimos meses WIGAr viene celebrando Game Jams en distintas provincias de Argentina. Las más recientes fueron en Tierra del Fuego, La Pampa y Salta, luego de que las contactaran el Consejo Federal de Inversiones y la UNESCO, lo que dio pie a una seguidilla de eventos que se realizan en conjunto con los gobiernos provinciales.

"Una Game Jam podría definirse como un challenge que, generalmente, dura un fin de semana. El desafío está en armar equipo con gente nueva y desarrollar un videojuego con una temática asignada. Es una experiencia divertida, no competitiva, súper creativa, y lo más probable es que en ese tiempo tan corto todo esté más roto que bien hecho, pero el objetivo es hacer networking, tener la práctica y aprender una banda", cuenta Kurara.

"Todo el mundo se puede anotar y participar, no es excluyente, pero se incentiva más la participación de mujeres y diversidades".

Game Jam Desarrolladoras Salta

¿Cómo son estos eventos? "El primer día, que arranca un viernes, hay tres talleres donde se da un taller de arte 2D o 3D, un taller de la plataforma Construct y un taller de diseño. Entonces si quienes participan no saben absolutamente nada, no hay problema porque aprenden lo mínimo que necesitan para hacer un juego. Después, durante el fin de semana se desarrolla y el lunes se presenta", comparte la diseñadora UI.


Encuesta de trabajadores en videojuegos

Como toda industria, para ser formal necesita de datos y relevamientos y, sobre todo, definir una tarifa según los rubros, y en el área de los videojuegos hay muchos:

"El de artista, el de programación, el de recursos humanos, que si sos artista 2D, 3D, que si trabajás en relación de dependencia para una empresa o freelance, cómo facturás si tenés clientes afuera. O sea, surgieron un montón de dudas y entonces quisimos encuestar para empezar a recopilar esa información y tratar de buscar respuestas", señala Kurara.

Pero se encontraron con otro obstáculo: "Hay un tabú muy grande con hablar de dinero. A la gente le da mucha inseguridad decir cuánto cobran porque temen alguna repercusión". Y para dar forma a estos datos necesitan una base lo suficientemente amplia como para que resulte representativa.

"La decisión de no declarar algunos ingresos es un fenómeno tristemente recurrente. Hay una realidad de inseguridad socioeconómica histórica de nuestro país, dónde muchas personas buscan alternativas que les permitan ahorrar y llegar a fin de mes, y si el sistema desestima las condiciones de contratación y vida de las personas, ellas mismas van a buscar los medios para subsistir. Tampoco es novedad las empresas que para evitar costos poseen empleados como monotributistas por años en lugar de pasarlos a planta permanente". Por este motivo, la encuesta es anónima. Y todo se deposita en una base de datos abierta, con un análisis con perspectiva de género.

A partir de eso buscan dirimir y evidenciar cuestiones como, ¿es el mismo el promedio salarial entre varones y mujeres cis en programación o hay alguna diferencia?

"Esperemos seguir logrando que cada vez más personas se animen a participar porque a fin de cuentas estos resultados le sirven absolutamente a todas las personas", señala. Mientras tanto, desde la organización continúan pensando y tomando acciones inclusivas que, finalmente, benefician a la totalidad del sector y le harán crecer exponencialmente.

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