Los intentos de suicidio en Argentina comenzaron a registrarse formalmente a partir de abril de 2023 y, desde entonces, el índice no ha parado de crecer. Suman ya 15.807 intentos notificados, de los que el 5,7% resultaron mortales. Si bien hay un ascenso inmensamente notorio del inicio del registro al presente (con un pico máximo del último enero), no se debería a incrementos de casos en el periodo en sí mismo, sino a "la implementación y la adherencia".
El intento de suicidio es toda acción autoinfligida con la intención de generarse un daño potencialmente mortal. Este comportamiento tiene un fuerte vínculo con los problemas de salud mental, adicciones y situaciones de vulnerabilidad social. Por el momento, el informe revela que el grupo más afectado (con resultado mortal) es el de varones de entre 20 y 34 años.
Aunque el 60% de los eventos corresponde a mujeres, la letalidad fue cinco veces mayor en varones. Las tasas más altas se concentraron en adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años, con una marcada sobrerrepresentación femenina entre los 15 y 19.

"Todos los datos obtenidos en el marco de la vigilancia epidemiológica son parciales y sujetos a modificación", advierte el informe. "Esto es así por diferentes motivos: cambios en las normativas, inclusión de establecimientos notificadores, modificaciones en las definiciones de caso, creación de instrumentos diagnósticos, entre otros". Por ello, no se considera que el aumento de casos registrados tenga que ver con una mayor cantidad de casos reales.
Con respecto a la distribución por edad se observa que la mayor cantidad de casos se encuentran en los grupos de adolescentes y adultos jóvenes (15 a 34 años). De ese rango, las tasas más elevadas corresponden a los grupos de 15 a 19 años (91 casos cada 100.000 hab.) y 20 a 24 (85 casos cada 100.000 hab.).
Un problema que también incumbe a los niños. También, se notificaron 23 eventos en niños de 5 a 9 años (0,2%), un dato que, a pesar de su baja frecuencia, debe considerarse como señal de alerta y llamado a reforzar las acciones comunitarias de prevención y detección precoz en las infancias.

La modalidad más frecuente a la que se recurrieron fueron la sobredosis de medicamentos (46%), una elección predominante en mujeres. En varones, se destacó el uso de métodos más letales, como el ahorcamiento (39%). El 86% de los intentos ocurrió en el hogar. En cuanto a antecedentes, el diagnóstico previo en salud mental, los intentos anteriores, diagnósticos de problemas de salud mental y el consumo problemático de sustancias fueron los más repetidos.

Cómo detectar señales de riesgo
Cualquier persona puede aprender a detectar las alertas que conducen a un intento de suicidio, si está debidamente informada. Lo más importante que podés hacer si percibís que alguien atraviesa una batalla mental profunda, es escucharle. Darle tu confianza y un espacio donde poder hablar de lo que le está pasando puede significar una diferencia crucial.
Puede servirle para animar a la propia persona que busque ayuda por su cuenta, pero también podés hacerlo vos a través de canales oficiales, como a través de la línea de Orientación y Apoyo en la Urgencia de Salud Mental: 0800 999 0091 o acompañándola a una guardia de salud mental.
Son más propensas a tener ideaciones suicidas e intentos de suidas las personas que presentan:
- episodio depresivo, crisis de angustia, episodios psicóticos agudos, conducta impulsiva y consumo de sustancias psicoactivas, enfermedades crónicas, discapacitantes o terminales, condiciones de violencia de género o situaciones como el embarazo no deseado, pérdida de un ser querido, entre otras.
Los síntomas más comunes alrededor de un intento de suicidio son:
- Aislamiento y retraimiento, presenta un estado de ánimo y comportamientos diferentes a los usuales.
- Desinterés y desmotivación. Menciona que tiene una sensación de vacío.
- Llanto inconsolable.
- Desesperanza e ideas negativas persistentes.
- Sentimiento de tristeza constante, soledad, fracaso, autoestima baja.
- Dificultades para comer y dormir.
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