Fernando G. Villalba
EditorLa cuenta regresiva comenzó. La serie que acumuló récords alucinantes en la plataforma de Netflix, con 68 millones de vistas a nivel mundial de la segunda temporada en sus primeros cuatro días, retorna para, lo que se espera, será un épico desenlace de la trama. El Juego del Calamar llega a su fin con la tercera y última temporada.
Este viernes 27 de junio se estrena la continuación de la angustiante historia de Gi-hun (Lee Jung-jae) tras la devastadora pérdida de su amigo y su creciente sed de venganza contra el Líder. Todos los capítulos estarán disponibles en Argentina desde las 5:00 de la madrugada. Probablemente escale rápidamente el ranking de los contenidos más vistos durante el día y, si no querés encontrarte spoilers importantes por todos lados, mejor apurarse. Tendrá solo 6 capítulos.
En qué quedó la segunda temporada, recapitulación de la trama
Te refrescamos los eventos principales para que no tengas que recurrir a largos videos de resumen. Nuestro protagonista es el jugador 456, Seong Gi-hun, quien resulta ganador de los juegos. Tres años después de ganar, Gi-hun acumula una riqueza sin igual e invierte una parte para descubrir quiénes son los que están detrás de esta competencia tan macabra que atrapa a las personas más pobres o fundidas y desesperadas. El precio de fallar en los retos es, nada menos, que la muerte.
Gi-hun decide, con el objetivo de detener los juegos actuales, volver a participar. Así comienza una nueva lucha por la supervivencia, con nuevos personajes que desoyen sus advertencias para mantenerlos a todos a salvo. En el momento en que tienen la posibilidad de votar para continuar o finalizar los juegos, Gi-hun intenta convencerlos, pero tampoco le hacen caso. Votan en dos ocasiones, pero la ambición de los jugadores es tal que priorizan la mínima chance de ganar el premio, una abultada suma de 45.600 millones de wones.
Por otro lado, tenemos la trama paralela de Hwang Jun-ho, el policía que se infiltró a la isla durante la primera temporada, que logró dar con el líder y sufrió un intento de asesinato. Pero continúa con vida, y más adelante vemos que el jugador 001, un nuevo personaje que destaca por sus habilidades y serenidad, es Hwang In-ho, su propio hermano. Para buscar a su hermano y detener los juegos, Hwang Jun-ho forma una alianza con Gi-hun.
Uno de los detalles que proporciona ese contraste entre la comedia y lo extremadamente macabro es que los retos son todos juegos infantiles coreanos. Pero, en esta ocasión, no tienen nada de divertido, y la menor equivocación, puede costarte la vida.
La segunda temporada deja a Gi-hun consumido por la ira y la determinación de desmantelar los macabros juegos a toda costa. Sin embargo, el Líder ya planea su siguiente movimiento, elevando la tensión y el peligro a niveles inimaginables en cada nueva ronda. Descubrir que 001 ha sido, todo este tiempo, el líder infiltrado, fue una de las mayores sorpresas que dejó la temporada. Y el golpe final lo dio al asesinar a Jung-bae, el mejor amigo de la infancia de Gi-hun.
¿Qué podrá pasar en el desarrollo de la tercera temporada?
Todo indica que, como aún quedan tres pruebas más que superar, los jugadores serán doblegados en su intento de revolución y tendrán que continuar la competencia. Resta por ver cómo serán estos nuevos y aterradores desafíos... ¿recordás a la muñeca gigante que disparaba a matar los jugadores que se movían cuando dejaba de cantar? Bueno, la escena post-créditos de la segunda temporada la muestran, una vez más, pero acompañada de otro muñeco. Parece que las cosas se tornarán aún más complejas.
Las teorías dicen que la muñeca se llama Yun-hee, y su compañero Cheol-su, dos personajes que figuraban en los libros de texto de Corea del Sur, como método para enseñarles a leer y escribir de una forma más atractiva.
Lo que sabemos con certeza, es que el adelanto y el curso de la historia nos anticipa un cierre oscuro y visceral, donde las decisiones de Gi-hun serán cruciales para determinar el destino de los jugadores atrapados, en una lucha que es aún más profunda que la propia supervivencia.
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