Nuevo streaming del CONICET en diciembre: mostrará cómo la vida se abre paso en ambientes extremos, en medio del metano que emana de las profundidades del Mar Argentino

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Fernando G. Villalba

Editor

El año finaliza con una nueva campaña marítima de 25 investigadores argentinos a bordo del buque Falkor (too) para continuar explorando las profundidades del Mar del Plata. La expedición Vida en los Extremos se emitirá en vivo del 14 de diciembre de 2025 al 10 enero de 2026 y buscará arrojar luz sobre el rol del metano que emana de las filtraciones en los ecosistemas quimiosintéticos y, en todo caso, cómo modela sus características biológicas, físicas y químicas.

Centolla El equipo del Talud Continental IV pudo visualizar numerosas especies de centollas.

Los misteriosos guardianes del fondo del mar y su importante rol en el equilibrio de todo el planeta

Las filtraciones de gas metano desde el fondo oceánico dan lugar a ambientes extremos, imposibles para la mayoría de las formas de vida. Sin embargo, la naturaleza es compleja y existen organismos adaptados para sobrevivir en ellos. A tal punto que se alimentan de energía química a través de la reducción microbiana de esos gases, que es un proceso conocido como quimiosíntesis.

La quimiosíntesis es considerada la forma más temprana de nutrición en el planeta, muchísimo más antigua que la fotosíntesis.

Estas formas de vida atrapan hasta el 80% del gas metano que emana de las filtraciones frías antes de que escape hacia el océano.
Subastian Sumergido Durante las tres semanas que duró la expedición del CONICET en el mar, miles de usuarios se sumaron al streaming e interactuaron con los especialistas para entender mejor lo que veían. Antes de esta campaña, el Schmidt Ocean Institute había alcanzado un récord de 200 espectadores.

Es decir; los ecosistemas quimiosintéticos regulan los flujos de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera.

Entre las especies que prosperan en medio de las altas concentraciones de gases tóxicos impera la fauna bentónica extrema como gusanos tubícolas, almejas, mejillones y microorganismos y bacterias altamente especializadas. Junto a ellos también se establecen los corales de aguas frías, que funcionan como un refugio para la biodiversidad en la oscuridad de las profundidades.


Vuelven el CONICET, el Schmidt Ocean Institute y el ROV SuBastian

La expedición estará liderada por la bióloga María Emilia Bravo, investigadora del IGeBA (CONICET - Exactas UBA), junto a otros 16 especialistas argentinos y 8 internacionales, entre los que se encuentran biólogos de aguas profundas y expertos en ecología, evolución, química marina, oceanografía física y geología.

Una vez más se hará de la mano del Schmidt Ocean Institute, una organización estadounidense sin fines de lucro que ofrece a grupos de científicos de todo el mundo su buque oceanográfico Falkor (too), dotado de tecnología de vanguardia con la única condición de que el resultado de sus investigaciones quede a libre disposición del público.

Falkor Subastian El ROV SuBastian es el Remote Operated Vehicle que se opera desde el buque y que está equipado con cámaras de altísima definición, brazos robóticos y compartimentos para las muestras que recolecta.

Brenda Doti, investigadora del Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA, UBA-CONICET), participó en la famosa campaña Talud Continental IV que exploró el Cañón Mar del Plata y que batió asombrosos récords en audiencia. Ante las dudas de quién financia estas investigaciones y a quién le pertenecen los créditos, dijo, en un artículo del IBBEA:

“El océano cumple un rol importante en lo que es la regulación climática y en los servicios ecosistémicos que brinda. Uno puede extraer recursos del mar, pero hay que hacer un buen manejo para no dañarlo. Como ONG –en referencia al Schmidt Ocean Institute–, promueven ampliar el conocimiento para tomar mejores decisiones y hacer un uso sustentable del océano. Ponen a disposición ese buque a la comunidad, porque cualquier investigador de cualquier país envía una propuesta y puede llegar a usarlo”.

Así, la única obligación que tienen los investigadores argentinos es informar a la institución los resultados y publicarlos en un tiempo razonable de entre uno y dos años, mencionando los créditos y su buque. En el caso del Talud Continental IV también pagan la publicación en las revistas, que son costos muy elevados.

Rov Las especies de este ambiente extremo se ven seriamente afectadas por los microplásticos que yacen en el fondo marino.

Por otro lado, Doti también aclaró: "Por un lado estaban quienes agradecían naturalmente a las universidades y al CONICET, pero también quienes lo cuestionaban, diciendo que esto es gracias a un privado que viene y lo hace. Entonces, nosotros tratábamos de explicar que eso ocurre porque acá hay una capacidad formada por el Estado, porque si no tuviéramos la formación que tenemos, la experiencia y el conocimiento previo, el privado no vendría".


Imágenes | Schmidt Ocean Institute / NOAA Ocean Exploration / Deep Ocean Stewardship Initiative (DOSI)


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