Administrar quimioterapia podría ser una cuestión de tiempos: investigan la relación entre el reloj biológico y las células tumorales

Quimioterapia
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La cronobiología ha descubierto recientemente que el reloj biológico es regulado no solo por el cerebro, sino que la mayoría de los órganos periféricos y células de un organismo tienen pequeños relojes que se acoplan al reloj central. Este hallazgo de gran magnitud ha hecho que un equipo del CONICET se plantee: ¿cómo funciona el reloj biológico en las células tumorales? ¿Hay un momento del día más oportuno para aplicar los tratamientos? Y las respuestas han sido más que interesantes.

Mario E. Guido, investigador del CONICET y director del Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (CIQUIBIC, CONICET-UNC) investiga el tema y explica:

El sistema circadiano tiene un impacto directo en el crecimiento tumoral pero también en la quimioterapia. Va de la mano con que el sistema inmunológico cambia a lo largo del día. El cortisol, que es la hormona que manda la señal de alerta y estrés, se eleva a la mañana temprano, mientras que la temperatura corporal fluctúa a lo largo de las 24 horas. Todos esos parámetros hacen que el organismo responda distinto en un momento del día que en otro”.

Sabemos que el reloj se encarga de coordinar los ritmos de alimentación, actividad, sueño, vigilia, producción de hormonas, temperatura corporal y hasta el sistema inmunológico. Entonces, también es responsable de modular el curso de diferentes enfermedades. Así lo corrobora Guido: “Tener en cuenta el horario de administración de fármacos puede ser una gran herramienta para optimizar la eficiencia del tratamiento”.

De hecho, comentó que en algunos trabajos pudieron comprobar que, tanto en células tumorales en cultivo como en tumores de ratones, “el reloj interno es capaz de modular el crecimiento tumoral y su tratamiento, determinando diferencias en la sobrevida de dichos animales de acuerdo al horario de administración de la droga, como también la disminución de efectos adversos. Es decir que pueden responder diferencialmente a ciertas terapias con determinados medicamentos, según la hora del día en que se administren”, explica el científico.

El último artículo del grupo sobre este tema se publicó recientemente en la revista Cellular and Molecular Life Science de Nature. Se trata de una investigación que abre la posibilidad no solo de potenciar el efecto de los medicamentos, sino también de que se utilicen menores dosis y disminuir los efectos adversos por causa de terapias agresivas, como sucede con las quimioterapias.

El ritmo circadiano en las células enfermas

Los científicos encontraron que, sobre todo en tumores cerebrales muy agresivos, estas células aún conservan la capacidad de oscilar a lo largo del día, es decir que su reloj biológico continúa funcionando a pesar de estar alterada su función primaria.

Ritmo Circadiano

“Ese hallazgo fue importante, porque nos abrió la puerta para probar momentos del día en los cuales la célula tumoral puede ser más susceptible a una quimioterapia bajo un tratamiento oncológico o a un medicamento particular, como así una bacteria para ser tratada con un antibiótico. ¿Qué momentos? Por lo general, son aquellos momentos en los que el metabolismo de esa célula está más activo”, indica Guido.

En esa línea, estudiaron entonces los momentos de mayor o menor proliferación y viabilidad de las células tumorales luego de ser sincronizadas con señales externas, pero también en células de la retina y del hígado en condiciones fisiológicas o tumorales, puntualmente en cáncer hepático.

Saber que las células cancerígenas tienen un reloj biológico intrínseco funcional que regula parámetros metabólicos los llevó a preguntarse entonces si es posible manipularlo para hacer más efectiva la quimioterapia.

“Buscamos un tratamiento cronoterapéutico que actúe en las ventanas de tiempo en las que la droga es más efectiva. Vimos en células en cultivo y en modelos animales de experimentación que, según la droga, hay una ventana de tiempo diferencial de mayor susceptibilidad”, concluyeron, por lo que se espera que los resultados del trabajo, a medida que profundicen en la investigación, encaminen hacia una nueva terapia, tal vez con otras combinaciones de fármacos, que sean mejores y más eficientes.


Imágenes | Foto 2: Maximiliano Ríos.

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